Entrevista publicada en el libro ADG Laus 2023, con motivo de la concesión del Premio Empresas y Entidades al CCCB



¿Cómo empezó tu relación con el CCCB?
Pues tiene su gracia, porque un buen día llamó al estudio Susana Fernández, del departamento de comunicación, diciendo que querían encargarnos la campaña de una exposición que estaban preparando sobre Stanley Kubrick. Yo pensé que era una broma porque soy un admirador, un incondicional, un devoto de Kubrick, me parece uno de los artistas que mejor ha combinado fondo y forma en toda la historia de los fondos y las formas. Pero resultó que no era broma e hicimos la campaña

¿Qué proyectos destacarías?
Como puede deducirse por la respuesta anterior le tengo un cariño especial a la exposición Stanley Kubrick, que además batió todos los records de asistencia del centro. Pero estoy muy orgulloso también de La máscara nunca miente y de Sade, la libertad o el mal, que es la última que hemos hecho y es la que está ahora en cartel

¿De qué forma percibimos tu manera de entender el diseño en ellos?
Mi manera de entender el diseño consiste en encontrar junto al cliente aquello que su proyecto tiene de particular y después, solo después, pensar en cómo plasmarlo de una manera clara y adecuada, que no siempre es la más bonita o epatante. En ese sentido, Stanley Kubrick fue casi fácil porque había que centrarse en sus películas, el material fotográfico era de primera y su apellido es muy poderoso visualmente. El caso de La máscara nunca miente fue muy diferente porque el título contenía ya un mensaje con una sentencia y lo que hicimos fue convertirlo en un icono, que además funcionaba para unificar las diversas iconografías de la exposición, con máscaras de luchadores mexicanos pero también del Ku Klux Klan, la masonería, Anonymous o Pussy Riot, todos ellos con estéticas diferentes y muy marcadas. En Sade, la libertad o el mal la clave estuvo en el tono, que no podía ser muy sexual ni sádico pero tampoco mojigato, estamos hablando de la primera exposición para mayores de edad de la historia del CCCB, así que dejamos bastante espacio a la imaginación


¿Cuál crees que es la aproximación del CCCB hacia el diseño?
Una aproximación muy profesional, ojalá fuera más común ya no entre empresas o marcas comerciales, que también, sino incluso entre museos e instituciones culturales


¿Alguna anécdota destacable de tu colaboración con este centro?
Creo que la de la llamada sobre Kubrick es insuperable, realmente pensé que era cosa de algún amigo que me tomaba el pelo. Pero lo cierto es que hay otra, también sobre esa misma exposición: al año siguiente se celebró en Madrid y la campaña era sospechosamente parecida, de hecho nos enteramos porque varias personas nos enviaron fotos de nuestra campaña en la capital. Hablamos con el centro madrileño, que nos contestó de malas maneras, y después con una abogada especialista en derechos de autor, pero lamentablemente solo podíamos aspirar a que se nos mencionase en sus créditos, fue feo